Sabe que su aporte es muy valioso. Cuando extiende el brazo, comienza a fluir la sangre purosa que dará bríos y fuerzas a otros seres humanos. este acto suyo al donar sangre, se convirtió desde hace tiempo en una necesidad voluntaria, como aporte cederista. Su líquido vital con la carga de hematies lleva la fuerza con el mismo animo con que la brinda, tiene el calor humano, la razón ardiente, el impulso que da vida y solidaridad.
Y cuando la sangre fluye en su espontanea brotar va incorporado al anciano, o al necesitado porque aqueja de un mal o quizas procura otra vez la sonrisa a un niño revuelve a florecer con salud que antes era mustia.
Ahora, esta dispuetso otra vez, y le colocan los dispositivos y mientras su pecho late vibrante, deja escapar la feliz sonrisa, consciente de la importancia de su acto, en donar snagre para salvar vida.